septiembre 08, 2013

Te extraño

Entonces ocurrió: lloré como una niña porque te fuiste.

Te extraño, es evidente. Es bueno tener a alguien cerca en estos momentos ¿sabes? Me haces falta... Estoy segura que él te hubiera encantado, es una buena persona. ¿Recuerdas cuando te platiqué de él en la azotea mientras mirábamos las estrellas? Bueno pues, no me equivoqué. Dí ese salto con los ojos cerrados y al abrirlos me encontré en sus brazos. ¡Dios! ¡De verdad te hubiera caído bien!

Hace rato que salimos a caminar, vimos a alguien de la calle... Ya sabes, del tipo con los que te ponías a jugar y luego terminaban peleando (¬¬), bueno pues iba a cruzar la calle y el muy burro no se fijó en los coches que circulaban y casi pego el grito... Se salvó gracias a que el conductor disminuyó la velocidad. Me acordé de tí, de tu presuntuosidad y a veces altanería al caminar. Te echo de menos, mi vida.

Me he encariñado con alguien, hasta he llegado a pensar que tu falta me ha dado ese empujoncito para dedicarle a ella parte de mi tiempo. No me odies por eso, tu seguirás siendo única; creo que Dios andaba de buenas el día que te mandó conmigo.

No te olvido.
Hasta siempre,
Liliana.

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